Cumplir años de forma saludable
En los países occidentales cada vez se vive más tiempo, de forma saludable y con mayor actividad. Un estilo de vida saludable nos ayudará a disfrutar plenamente de la vida y a afrontar los cambios que inevitablemente se producirán en nuestro cuerpo; lograrlo depende en gran parte de nosotros.
Además de afrontar las arrugas y las canas que puedan salirnos, tenemos que aprender a convivir de forma saludable con el resto de los cambios que experimentaremos. Hasta los mínimos detalles que incluyamos en nuestros hábitos cotidianos pueden ayudarnos a mantener y mejorar nuestra salud en esta etapa de la vida. Adoptar una dieta adecuada o incorporar paulatinamente actividades físicas adecuadas pueden ser de gran ayuda. A continuación encontrarán algunos consejos que nos brindan las más modernas investigaciones médicas. Son fáciles y sencillos.
Una de las actividades más fáciles es caminar; si hace mucho que no lo hacemos empecemos poco a poco. La primera semana dediquemos 15 minutos y vayamos incorporando más tiempo poco a poco hasta conseguir andar a diario el tiempo que nos indique nuestro médico de familia. Si además tomamos el sol de primera hora de la mañana o última de la tarde el paseo nos ayudará a mantener buenos niveles de vitamina D; pero no olvidemos llevar un buen sombrero y unas gafas de sol.
Comamos más verduras y cinco piezas de frutas a diario. Incorporemos pescado y carnes magras limitando los alimentos con grasas saturadas y demasiada sal. Nuestro corazón y nuestras arterias nos lo agradecerán. Hay alimentos ricos en calcio como el brécol, las almendras, los lácteos, las coles, las sardinas en lata o la soja que nos servirán para mantener unos niveles ricos en calcio y, por tanto, el buen estado de nuestras articulaciones. Es importante mantenerse bien hidratado bebiendo un par de litros de agua al día (mejor que refrescos azucarados o bebidas alcohólicas).
Es importante dormir entre siete y ocho horas diarias. Un sueño de calidad resultará de gran ayuda para mantener sana la circulación y, por tanto, el funcionamiento del corazón. Y, por supuesto, no dejemos que las preocupaciones o el estrés se cuelen en nuestra vida.
Mantener relaciones sociales, frecuentar a los amigos, disfrutar de la familia, ir al cine y al teatro, hacer crucigramas, salir de casa son buenas fórmulas para que nuestro cerebro se mantenga en forma y, con ello, que la memoria esté activa. Los más valientes se propondrán aprender nuevos conocimientos como tocar un instrumento musical, acercarse a un nuevo idioma, pintar o cualquier otra actividad intelectual que despierte la mente y fomente nuevas ilusiones. Además, esto nos ayudará a cuidar nuestra apariencia y, naturalmente, una higiene impecable.
Cuando incorporamos rutinas diarias tan sencillas como cepillarnos los dientes después de cada comida mantenemos nuestra salud bucal. En cuanto notemos cualquier deterioro en nuestra dentadura no debemos dudar en visitar al dentista porque son muchas las enfermedades que comienzan en el deterioro de nuestra boca. No olvidemos tampoco cuidar nuestra piel utilizando productos suaves, lavándonos con agua templada y no muy caliente y protegiéndola de las inclemencias del tiempo.
Y finalmente, pero de gran importancia, no fumar y evitar el abuso del alcohol y de cualquier sustancia que deteriore nuestro organismo.
Disfrutemos de un envejecimiento saludable para disfrutar de cada momento de nuestra vida.