Los huevos recuperan su buen nombre respecto al colesterol
Un estudio realizado en la Universidad de Surrey por el Dr. Bruce Griffin, profesor de metabolismo nutricional y la Dra. Juliet Gran, nutricionista del sistema público de salud, demuestra que los huevos tienen un efecto clínicamente insignificante en el aumento del colesterol en sangre.
Este estudio hizo que la Fundación Británica del Corazón (British Heart Foundation) retirara de sus recomendaciones la limitación del consumo de huevos. La Agencia de Estándares Alimentarios (Food Standards Agency) también ha recomendado que los huevos se puedan consumir, siempre y cuando la dieta esté equilibrada.
Los investigadores indicaron que un tercio del colesterol proviene de la dieta y que su aumento se produce por las grasas saturadas y no por los huevos. Está probado que el aumento del colesterol en sangre puede elevar el riesgo de enfermedades cardiacas. Es más fácil que los niveles de colesterol aumenten en personas con sobrepeso, que se mueven poco. Parece que la mala fama de los huevos respecto al colesterol se ha debido a diferencias en la interpretación de los datos de los estudios realizados hasta ahora. La gente de a pie comenta que los médicos a veces se mueven por modas (en palabras del Dr. Zarco, de la Real Academia Nacional de Medicina, en la revista "Madrid Médico", en 2003), pasando de prohibir pescados grasos, aceite de oliva o huevos para luego recomendarlos. Sin embargo, no se trata de modas sino de una investigación continua y de un progresivo y profundo estudio de los datos disponibles.
En cualquier caso, recordemos que la British Heart Foundation ha publicado una nota aclaratoria en la que resalta que Los huevos pueden pasar a formar parte de una dieta equilibrada. En los huevos sigue presente el colesterol, pero éste generalmente no contribuye de forma importante a que se eleven los niveles de colesterol en sangre. Conviene que quienes tengan que reducir sus niveles de colesterol reduzcan en su dieta el consumo de grasas saturadas presentes en las carnes magras, productos lácteos enteros, pastelería, galletas y bollería.