Albéniz en el centenario de su muerte
El 18 de mayo de 1909 moría, a los 49 años, Isaac Albéniz en un pequeño pueblo de los Pirineos llamado Cambo-les-Bains. Había nacido en Camprodón, Gerona y a los 4 años ya daba su primer concierto de piano en el Teatro Romea de Barcelona y su primera composición se publicó cuando tenía nueve años.
Y no dejó de trabajar haciendo giras a pesar de su juventud. Estudió en Leipzig durante un cortísimo periodo en 1876, recibiendo una beca que le permitió, en aquel mismo otoño, trasladarse a Bruselas para estudiar en el Conservatorio Real. Prestigiosos musicólogos desmienten actualmente que se fugara a Cuba como polizón (se trasladó allí por trabajo de su padre) y que estudiara con Franz Litz.
Aunque trabajó en España hasta 1890, momento en que se instaló en Londres, sus avanzadas ideas no le permitían encontrarse cómodo en su país natal. Posteriormente, se trasladó a París (1894) donde coincidió con Debussy y Fauré.
Son muy conocidas su Suite española, Cantos de España y la Suite Iberia que escuchamos frecuentemente en las salas de conciertos, pero no hay que olvidar sus composiciones operísticas. Estrenó en Inglaterra The Magic Opal y The Magic Ring, en Madrid la zarzuela San Antonio de la Florida y en Barcelona Pepita Jiménez. Bajo el mecenazgo del aristócrata inglés Money-Coutts (Albéniz puso música a muchos de sus poemas), creó su ópera Merlín (que no llegó a ver representada), que ya incorporaba buena parte de los avances wagnerianos. Además existen muchas sonatas para piano, canciones, baladas, que no debemos olvidar pues son parte importante de su obra.
Quienes estén interesados en ampliar información sobre Albéniz pueden consultar la Fundación Juan March, o la página que Cervantes virtual tiene sobre este gran músico. También se incorpora un vínculo a la Fundación Albéniz que recientemente ha abierto su sede en Madrid, así como a sus fondos en Internet.
