Quién no recuerda a Superman en la grandiosa Fortaleza de la Soledad repleta de cristales inteligentes que le transmiten fuerza y sabiduría? Son imágenes míticas que parecen importadas de otra galaxia. Sin embargo, existe un lugar en Méjico que supera cualquier fabulación humana.
En 1625, por mandato de Felipe IV, el arquitecto Juan Gómez de Mora construyó un cerramiento que limitaba la ciudad sustituyendo la muralla mandada levantar por Felipe II hacia 1598 y que había sido desbordada por los caseríos instalados en su periferia.
Este museo es injustamente poco conocido, quizás por su juventud. Creado en 1982, no se proyectó hacia el exterior hasta finales de la década de 1990 y, finalmente, su nueva sede se inauguró en noviembre de 2008 en un atractivo edificio, obra de Guillermo Vázquez-Consuegra.
Fundado en 1867 por Isabel II, el Museo Arqueológico Nacional sufrió entre 2008 y 2013 una profunda reorganización que afectó a la exposición de gran parte de sus fondos. El resultado ha sido un moderno y accesible edificio que acerca las colecciones a los visitantes de todas las edades.